FIESTAS DE QUINCE

Así son las fiestas de ‘quinceañero’ de chicos latinos en EE. UU.

Algunos adolescentes latinos que quieren celebrar su entrada en la edad adulta organizan su propia versión de las fiestas de quinceañera, una tradición centenaria a menudo reservada para las chicas.

ORIGINAL NOTE: https://www.nytimes.com/es/2025/01/13/espanol/estados-unidos/hombres-latinos-quinceanero-fiesta.html

Un sábado del otoño pasado, un adolescente mexicoestadounidense de Corpus Christi, Texas, lo tenía todo planeado para su fiesta de llegada a la adultez. Tendría joyas hechas a la medida, un cuarteto de cuerda que tocaría versiones de canciones pop y un grupo de estudiantes de primer año de la secundaria vestidos con esmoquin negro de frac listos para interpretar un baile.

 

Podría parecer la clásica fiesta de quinceañera para una chica de la misma edad que marca su transición a la adultez. Pero ese día, el centro de atención era Javier Calderon, un chico de 15 años que celebraba su conversión en hombre.

Calderon forma parte del creciente número de jóvenes latinoamericanos que adoptan esta tradición centenaria que hasta hace poco estaba reservada para las chicas, una tendencia que representa una de las formas en que los latinos están adaptando esta costumbre en Estados Unidos.

“Quería mostrar a todo el mundo lo que quería ser”, dijo Calderon. “Me estoy convirtiendo en un adolescente”.

Algunos chicos están pidiendo a sus padres una fiesta propia. Las madres sin hijas están rogando a sus hijos que tengan un “quinceañero”, que es el nombre de la celebración para los chicos. A veces, la idea de que un chico tenga su propia fiesta ha sido polémica, sobre todo para los latinos mayores que valoran profundamente la tradición.

Las quinceañeras suelen celebrar la entrada de una chica en la edad adulta cuando cumple 15 años. Las fiestas suelen ser elaboradas y grandes, y pueden costar tanto como una boda.

Los quinceañeros no han sido una excepción: algunos padres se gastan hasta 70.000 dólares en organizarlas para sus hijos de 15 años. Y algunos ven en estas fiestas una forma de oponerse a los roles de género socialmente conservadores con los que crecen muchos latinos.

ImageJavier Calderon, con un traje morado y una corona, sentado en una silla con forma de trono.
“Quería mostrar a todo el mundo lo que quería ser”, dijo Javier Calderon, quien tuvo un quinceañero. ”Me estoy convirtiendo en un adolescente”.

Los miembros de cuatro familias de Texas, que celebraron recientemente diversas fiestas de quinceañero, dijeron que querían honrar a sus hijos en su transición a la edad adulta.

“Es una celebración por convertirse en hombre”, dijo José Garcia, abuelo de Calderon. “Hay que celebrar al varón tanto como a la mujer”.

Al comienzo de su quinceañero, Calderon entró en el salón de baile donde se celebraba la fiesta vestido con un esmoquin morado mientras el maestro de ceremonias lo presentaba como un príncipe. Sus invitados estaban sentados en mesas con centelleantes coronas doradas al centro. Al final de la noche, Calderon se sentó en un trono en medio de la sala y fue ordenado rey.

A pesar del apoyo de decenas de familiares y amigos, algunos decidieron no asistir a la fiesta de Calderon. Su madre, Anna Garcia, dijo que hubo quienes habían pensado que esta celebración típicamente femenina —en la que a menudo hay vestidos vaporosos y diademas— no era apropiada para los hombres.

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“Existe un estigma”, dijo Garcia. “Piensan que él no es masculino. Y que la fiesta refleja su sexualidad. En realidad, es tanto para mujeres como para hombres. Ambos están en transición en la vida”.

Abrir la celebración a los hombres jóvenes es solo una de las muchas formas en que las quinceañeras han evolucionado desde al menos el año 2000. Los latinos que se trasladaron a Estados Unidos querían continuar la tradición, pero el propósito original de la fiesta de quince años —presentar a una joven en sociedad para casarla— ya no era el objetivo. Y, en general, las quinceañeras se volvieron más extravagantes, algo más parecido a una fiesta de “Sweet 16 estadounidense.

Las chicas empezaron a llevar vestidos de colores vivos en vez de blancos. Los salones de banquetes empezaron a dirigirse a los clientes latinos. Los elementos visuales se han convertido en un gran foco de atención en las fiestas para las redes sociales.

Y a medida que los jóvenes latinoamericanos —como muchos otros adolescentes— desarrollaron opiniones más liberales sobre la igualdad de género y la identidad, nació el quinceañero.

“Una fiesta de quinceañero reconoce que ellos están creciendo, y nosotros apreciamos a nuestros hijos y valoramos su mayoría de edad”, dijo Rachel V. González-Martin, profesora de la Universidad de Texas en Austin y autora de Quinceañera Style: Social Belonging and Latinx Consumer Identities.

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Hermelindo Jaimes, con sombrero vaquero, americana beige y pajarita, sentado en una silla con forma de trono, con una banda en directo detrás de él.
Hermelindo Jaimes dijo que primero había pedido un coche para su decimoquinto cumpleaños, pero que su madre lo convenció para tener un quinceañero.

La fiesta de temática vaquera que Hermelindo Jaimes celebró recientemente en Lockhart pretendía honrar su herencia mexicoestadounidense. El distintivo de su atuendo —una voluminosa hebilla de cinturón plateada con un hombre rezando de rodillas junto a un caballo— hacía un guiño al rancho que posee su familia.

Para su decimoquinto cumpleaños, Jaimes dijo que primero había pedido un coche, pero que su madre le convenció para que tuviera un quinceañero. “Mi madre dijo: ‘Si haces una fiesta, puedes tener amigos y familiares de todo el mundo’”, dijo.

Aunque su celebración se anunciaba como quinceañero en su invitación digital animada, celebró su fiesta el día de su cumpleaños número 16 en lugar del 15, siguiendo la tradición de los “Sweet 16”.

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El quinceañero era “un motivo de orgullo para nosotros”, dijo su madre, Laura Hernandez. “Queríamos celebrar su vida del mismo modo que a las chicas”.

El cambio en la tradición ha llevado a los padres a pensar en formas creativas de incorporar las costumbres que definen una fiesta de quinceañera de un modo más masculino para sus hijos.

Calderon, el adolescente de Corpus Christi, le sacaba mucha altura a su madre en su primer baile con una versión clásica de “Rockabye” de Clean Bandit. Sorprendió a sus invitados cuando en el lugar de la celebración se cortó las trenzas que se dejó crecer desde que estaba en la escuela primaria para dejarse el pelo corto.

En la fiesta de Anthony Valdez en Joshua, a la que asistieron más de 100 invitados, le regalaron un coche teledirigido como último juguete. Hizo su gran entrada en el salón de baile tocando la tuba, con el acompañamiento de una banda mexicana profesional.

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Anthony Valdez, con una chaqueta roja, posa con su familia fuera del lugar donde se celebró su fiesta de quinceañero. Sus hermanos pequeños llevan sombreros de vaquero.
Anthony Valdez se ha vuelto más seguro de sí mismo desde que entró en su quinceañero tocando la tuba para más de 100 invitados.

Esta es la experiencia que su madre, Brenda Sanchez, imaginó a principios de año cuando le suplicó a su hijo que celebrara un gran quinceañero en lugar de una fiesta más pequeña en su patio trasero.

“Siempre me ha costado salir de mi caparazón”, dijo Valdez. “Fue una gran sorpresa para mí cuando mi madre sacó el tema por primera vez. Realmente quería tener esto, y me di cuenta de lo mucho que significaba para ella”.

Sanchez había pospuesto durante décadas su propio sueño de tener una fiesta de quinceañera, ya que sus padres no podían permitírsela. Después de tener tres hijos, pensó que sus esperanzas se habían desvanecido. Entonces, cuando su hijo mayor estaba a punto de cumplir 15 años, se dio cuenta de que podía organizarle una fiesta de quinceañero.

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“Quería vivir esta experiencia con él”, dijo.

Adriana Sanchez —quien no es pariente de Brenda— no reparó en gastos cuando planeó dos celebraciones para sus hijos en el plazo de un año. Ambas superaron los 70.000 dólares cada una (la próxima será la fiesta de quince años de su hija, que ya ha empezado a planificar).

“Cuando dije que iba a hacer una fiesta, la hice a lo grande”, dijo Sanchez. “La única diferencia fue que compré un traje en vez de un vestido” para sus adolescentes.

Empezó con su hijo mayor, Jayden Sanchez, quien siempre había querido tener su propia fiesta después de asistir a las quinceañeras de otros miembros de la familia. Fue meticuloso con los detalles de su fiesta, celebrada en 2023, que tenía una temática de La bella y la bestia, incluidas invitaciones en caja con rosas doradas, esmóquines y unos 1000 postres individuales.

“Quería que cada detalle fuera espectacular”, dijo.

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Andrick Sanchez, con traje negro y pajarita, delante de un elaborado telón de fondo con decoración temática de Las Vegas.
La familia de Andrick Sanchez le celebró recientemente una fiesta temática de Las Vegas en honor de su destino vacacional favorito.

Menos involucrado, pero igual de emocionado por seguir los pasos de su hermano estaba el hijo mediano de Sanchez, Andrick Sanchez. La familia le celebró hace poco una fiesta temática de Las Vegas en honor de su destino de vacaciones favorito.

Andrick se hizo una sesión de fotos profesional antes de la fiesta en el Strip de Las Vegas. Los proveedores decoraron la sala de banquetes con cientos de rosas rojas artificiales y naipes del tamaño de un póster. Solo la actuación de De Parranda, un famoso grupo musical mexicano, costó unos 20.000 dólares. Y como regalo, Andrick recibió entradas para una carrera de Fórmula Uno en Las Vegas.

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Había máquinas tragamonedas y mesas de juego en las que Andrick dominó a sus amigos en el póquer. Los ganadores eligieron artículos personalizados, como tazas y lociones para las manos con el emblema de su fiesta.

“Los chicos también deberían tener sus quinces”, dijo Andrick.

Christina Morales es una reportera que cubre noticias de alimentación para el Times. Más de Christina Morales

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