El ‘996’, la tendencia de trabajo que se está imponiendo en Silicon Valley

El ‘996’, la tendencia de trabajo que se está imponiendo en Silicon Valley

La combinación numérica se refiere a un horario de trabajo de 9 a. m. a 9 p. m., seis días a la semana, que tiene su origen en el ambiente tecnológico chino.

Ilustración de una persona en su escritorio con un reloj gigante aplastándola desde arriba.
Credit…Cristina Spanò

Trabajar de 9 a 5 es una manera de ganarse la vida. Pero en Silicon Valley, en medio de la locura competitiva de la inteligencia artificial, partirse el lomo “996” es la forma de tomar la delantera. O al menos sirve para demostrar a los que te rodean que te tomas en serio el trabajo.

El combo numérico se refiere a un horario de trabajo —de 9 a. m. a 9 p. m., seis días a la semana— que tiene su origen en la ambiciosa escena tecnológica china. En 2021, un tribunal supremo chino prohibió a los empresarios obligar a sus empleados a trabajar 72 horas semanales. Pero eso no ha impedido que los trabajadores tecnológicos en California se obsesionen con este planteamiento y publiquen sobre él sin parar en las últimas semanas en X y LinkedIn.

De momento, las evidencias de esta tendencia son en gran medida anecdóticas: algunas empresas están indicando en las descripciones de los puestos de trabajo que esperan semanas laborales de más de 70 horas. Se dice que los ejecutivos preguntan a los candidatos para empleos si están dispuestos a trabajar en esos horarios. Y Ramp, una empresa emergente de operaciones financieras, señaló en una entrada de blog este mes que había observado una mayor proporción de transacciones con tarjetas de crédito corporativas en San Francisco los sábados durante el primer semestre de este año que en años anteriores, lo que interpretó como que la gente trabaja más los fines de semana.

Aunque el término es relativamente nuevo en Silicon Valley, el 996 es una “versión de alto octanaje de algo que lleva tiempo existiendo en el sector tecnológico”, dijo Margaret O’Mara, historiadora de la Universidad de Washington y autora de The Code: Silicon Valley and the Remaking of America. Señaló que desde la década de 1960, cuando las empresas de semiconductores competían ferozmente, muchas empresas tecnológicas han tenido culturas de trabajo intensas y con jornadas largas, y han sido “californianas casuales” por fuera y “adictas al trabajo como antaño” por dentro.

La idea de que los trabajadores tecnológicos aborden su trabajo con una devoción intensa, a veces casi religiosa, es “parte del ADN de la cultura de Silicon Valley”, dijo Carolyn Chen, socióloga de la Universidad de California en Berkeley y autora de Work Pray Code. También señaló que una cepa de “cultura masculina heroica” en la tecnología refuerza la expectativa de que la gente debe estar trabajando todo el tiempo.

O’Mara señaló que la cultura del ajetreo (hustle culture en inglés) puede estar fuera del alcance de quienes deben cuidar de otras personas o tienen otras responsabilidades externas, y corre el riesgo de reafirmar la dinámica de un sector ya de por sí homogéneo.

Los incentivos son inmensos para las personas que tienen la astucia y la suerte de participar en el comienzo de una gran idea, y están dispuestos y son capaces de trabajar sin parar. La reciente oleada de asombrosas inversiones en IA significa que las riquezas futuras son aún más tentadoras. Al mismo tiempo, los trabajadores de la tecnología pueden sentirse más inseguros ahora que en épocas pasadas más resplandecientes de Silicon Valley, señaló O’Mara.

Tras unos años turbulentos de despidos, tasas de interés elevadas y rendimientos vacilantes en las grandes fluctuaciones, la industria tecnológica —anteriormente conocida por sus cómodos beneficios— ha endurecido las cosas. El autoproclamado enfoque “extremadamente duro” de Elon Musk ya no desentona con el resto de la industria. La era de la “tecnología dura” de Silicon Valley ya está aquí, y trabajar jornadas insensatas (o al menos hablar de trabajar jornadas insensatas) forma parte de la nueva norma.

El Silicon Valley de 2020 y 2025 tiene “un conjunto diferente de prioridades”, dijo O’Mara.