Estudio revela que masticar chicle altera las emociones

Estudio revela que masticar chicle altera las emociones

Estudio en Japón revela que masticar chicle puede alterar los estados emocionales

La investigación estableció que hay una relación entre las respuestas emocionales y los sabores de los chicles.

Estudio revela que masticar chicle altera las emociones. Foto: Freepik
Estudio revela que masticar chicle altera las emociones. Foto: Freepik

ORIGINAL NOTE: https://www.colombia.com/vida-y-estilo/salud-y-bienestar/estudio-revela-que-masticar-chicle-altera-las-emociones-380572

Desde tiempos inmemoriales nuestras abuelas nos han advertido sobre los peligros de masticar chicle y tragarlo; si bien, no es cierto que se queda pegado en nuestro estómago al comerlo, existen otros efectos en el cuerpo que quizás desconocías. A continuación te los contamos.

De acuerdo con la clínica dental Doctores Navarro, “se recomienda no masticar chicle durante más de 15 minutos seguidos ni más de 30 minutos al día, ya que masticar chicle durante un tiempo prolongado no es bueno para la musculatura masticatoria ni para la articulación temporomandibular”.

Esto, debido a que cuando se utiliza en exceso un cierto conjunto de músculos, con el tiempo existe la posibilidad de causar contracción muscular y dolor relacionado, incluyendo dolores de cabeza, dolores de oído y dolores de muelas.

Según los especialistas, lo recomendable es consumir chicle justo después de una comida, pues este ayuda a limpiar la boca de restos de alimentos y azúcares, neutraliza los ácidos de la placa y sirve para estimular la secreción de saliva y la remineralización dental.

Sin embargo, según los odontólogos, el chicle que consumimos no debería contener azúcar, ya que los que si contienen aumentan la probabilidad de tener caries y otros problemas dentales.

Pero parece ser que masticar chicle no solo podría tener efectos en nuestra dentadura, sino también en nuestras emociones. Así lo reveló un estudio realizado en Japón sobre los efectos del chicle en el cerebro.

Según la investigación desarrollada en conjunto entre la Universidad de Niigata, la Facultad de Medicina de Hyogo, la Universidad de Meiji, la Clínica Dental Sakagami y el Otemae Junior College, publicada en Frontiers in Neuroscience, determinó que hay una relación entre las respuestas emocionales y los sabores de los chicles.

El estudio se llevó a cabo con una muestra de 36 voluntarios a los que se les solicitó masticar diferentes tipos de chicles durante un periodo de 5 minutos para monitorear su actividad cerebral mediante espectroscopia de infrarrojo cercano multicanal.

La investigación identificó las respuestas emocionales provocadas por chicles de diferentes sabores y la actividad cortical asociada a estas respuestas, destacando el papel potencial de la corteza prefrontal izquierda en la provocación de estados emocionales durante el consumo de ciertos alimentos.

Según Yoko Hasegawa, uno de los autores principales del estudio, “Los participantes calificaron el sabor, el olor y la delicia de cada chicle mediante una escala analógica visual. Se midieron las respuestas hemodinámicas bilaterales en los lóbulos frontal y parietal, la activación del músculo masetero bilateral y la frecuencia cardíaca durante la masticación de chicle. También se evaluaron los cambios en todos los datos medidos durante la masticación de chicle”.

Además se estableció que la sección izquierda de la corteza prefrontal se activaba de diferente forma al masticar sabores sabrosos y menos sabrosos para el gusto humano, a pesar de que los voluntarios clasificaron cada chicle de forma distinta.

El estudio concluye que “aunque las respuestas hemodinámicas de las amplias regiones del cerebro mostraron poca diferencia entre los estados de reposo y masticación de chicle, se detectó una diferencia en la corteza prefrontal dorsolateral/frontopolar izquierda correspondiente”.

Añadiendo que “la activación muscular y la frecuencia cardíaca no fueron significativamente diferentes entre los diferentes tipos de chicle. El procesamiento diferencial en la corteza prefrontal izquierda podría ser responsable de los estados emocionales causados por alimentos sabrosos y desagradables”.