La sentencia incluyó prisión perpetua y 22 años sin libertad condicional, con apelación anunciada.
El anestesiólogo francés Frédéric Péchier, de 53 años, fue condenado a cadena perpetua por envenenar deliberadamente a pacientes durante intervenciones quirúrgicas en dos centros de salud de Besançon, en el este de Francia.
Anestesiólogo francés fue condenado a cadena perpetua por envenenar pacientes durante cirugías. Foto: AFP | iStock
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El tribunal determinó que 30 pacientes sufrieron episodios críticos inducidos de forma intencional. Doce de ellos murieron. Entre las víctimas se encontraba un niño de 4 años que falleció durante una amigdalectomía, mientras que la persona de mayor edad tenía 89 años.
Durante la lectura del fallo, la presidenta del tribunal de Besançon, Delphine Thibierge, anunció: “Serán arrestados inmediatamente”. Péchier y otros acusados habían permanecido en libertad bajo supervisión judicial durante más de tres meses de audiencias y escucharon la sentencia sin manifestar reacción visible.
La familia del anestesiólogo asistió a la audiencia final. Tras conocerse los primeros veredictos de culpabilidad, sus hijas abandonaron la sala entre lágrimas. El tribunal respaldó el planteamiento del Ministerio Público, que había solicitado la pena máxima y lo describió como “uno de los mayores criminales de la historia por haber utilizado la medicina para matar”. Además de la cadena perpetua, se impuso una inhabilitación de 22 años sin posibilidad de libertad condicional. La defensa anunció que apelará la resolución.
El tribunal acreditó 30 casos entre 2008 y 2017 en dos clínicas de la ciudad de Besançon. Foto:AFP
Un caso calificado como “sin precedentes” en Francia
La causa se reactivó en 2017, cuando una mujer de 36 años sufrió un paro cardíaco inesperado durante una operación. A partir de ese episodio, las sospechas se concentraron en Péchier. De un total de 70 expedientes revisados, el tribunal consideró probados 30 casos ocurridos en la Clínica Saint-Vincent y en la Policlínica Franche-Comté.
Según la acusación, el médico habría alterado bolsas de anestesia utilizadas por otros profesionales para generar situaciones de emergencia y así intervenir en la reanimación. El fiscal Étienne Manteaux señaló: “Se le acusa de envenenar a pacientes sanos para perjudicar a colegas con los que tenía conflictos”. También destacó que “Péchier fue el primero en reaccionar cuando se produjo un paro cardíaco”.
Amandine Iehlen, cuya familia fue una de las afectadas, afirmó: “He esperado esto durante 17 años”. Su padre murió a los 53 años tras una cirugía renal en 2008, y la autopsia detectó una sobredosis de lidocaína.
El fiscal definió el proceso como “sin precedentes en la historia judicial francesa”, en un contexto marcado además por otros casos recientes que sacudieron al sistema sanitario del país, como la condena del excirujano Joël Le Scouarnec a 20 años de prisión por abusos sexuales cometidos entre 1989 y 2014.
La Fiscalía sostuvo que alteraba anestesias para simular emergencias y exhibir reanimaciones. Foto:iStock
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Perfil del acusado y reacciones del entorno profesional
El Ministerio Público sostuvo que Péchier contaminaba las infusiones con potasio, anestésicos locales, adrenalina e incluso heparina, con el objetivo de provocar paros cardíacos o hemorragias. La Fiscalía consideró que buscaba “desestabilizar psicológicamente” a colegas con los que mantenía disputas y “alimentar su sed de poder”.
Entre sus compañeros de trabajo, su figura generaba opiniones contrapuestas. Algunos lo calificaban como un “anestesiólogo estrella”, mientras que otros lo veían como una persona arrogante y manipuladora. Un ex colega declaró que estaba convencido de ser superior al resto y que “creía que era el Zorro”.
El propio Péchier rechazó siempre las acusaciones y atribuyó los hechos a “errores médicos” ajenos. En 2017 afirmó: “Me acusan de crímenes atroces que no cometí”. Padre de tres hijos, tenía prohibido ejercer la medicina antes del juicio.
La investigación se extendió durante siete años y culminó con un juicio iniciado en septiembre. Foto:iStock
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Una evaluación psicológica realizada en 2019, cuestionada por la defensa, describió una “personalidad controladora” y “rasgos perversos”, aunque otros informes no detectaron trastornos específicos y lo consideraron una persona inteligente. También se conoció que atravesó episodios de depresión, un intento de suicidio en 2014 y una caída desde la ventana de la casa de sus padres en 2021, cuando se encontraba bajo los efectos del alcohol.
Para Frédéric Berna, uno de los 55 abogados de las víctimas, resulta improbable que el acusado brinde una explicación auténtica de lo ocurrido. “Es alguien que no acepta un no por respuesta y constantemente intenta imponer su opinión por la fuerza”, afirmó. Antes del inicio del juicio, Péchier había dicho que “no estaba particularmente ansioso”, aunque aseguró que lucharía “una última vez” para “que esto termine”.
O Globo (Brasil) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de O Globo, y contó con la revisión de un periodista y un editor.