Qué es el “aterrizaje suave” que el FMI pronostica para la economía global en 2023
Redacción
BBC News Mundo.
En el mundo de la aviación, un aterrizaje suave es aquel que se realiza con la velocidad y el ángulo adecuados y sin turbulencias.
En el estado actual de la economía mundial, el aterrizaje suave es lograr una desaceleración de la inflación sin provocar una recesión.
Es todo un arte, considerando que la herramienta principal que han utilizado los bancos centrales de medio mundo para bajar la inflación ha sido subir las tasas de interés, es decir, encarecer el costo del dinero, lo que a su vez afecta al crecimiento económico.
Así, siguiendo con la misma metáfora, una recesión económica provocada por el aumento de las tasas de interés sería un aterrizaje forzoso.
Este ha sido el gran debate entre los economistas en los últimos meses: ¿habrá recesión o no?
Esta semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) se alineó con quienes pronostican un aterrizaje suave para la economía global en 2023 tras las turbulencias de los últimos 3 años.
“La perspectiva es menos sombría”, dijo Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI.
“No estamos pronosticando una recesión global en este momento”, agregó.
“Los riesgos adversos se han moderado”.
Así, según el FMI, ni Estados Unidos ni la Unión Europea caerán en una recesión en 2023, aunque Reino Unido no lograría evitarla.
La batalla contra la ola inflacionaria
Pierre-Olivier Gourinchas afirmó que “la lucha contra la inflación empieza a dar sus frutos”, advirtiendo que, de todos modos, los bancos centrales -encargados de subir o bajar el costo del dinero- deben continuar con sus esfuerzos.
Lo cierto es que en los últimos meses se ha registrado una disminución de la inflación en todo el mundo, a medida que se consolidó la recuperación tras la pandemia de covid-19.
Estados Unidos, por ejemplo, marcó un record histórico cuando la inflación anualizada escaló al 9,1% en junio pasado, el nivel máximo en los últimos 40 años.
Desde entonces, el costo de la vida en la mayor economía del mundo ha ido disminuyendo hasta el 6,5%, aunque aún está lejos de alcanzar la meta del 2%.
Las autoridades de distintos países se han embarcado en una batalla similar, intentando enfriar la economía a través de una disminución de la demanda.
La lógica detrás de esa política es que cuando resulta más caro pedirle dinero prestado al banco, las empresas invierten menos y las personas compran menos productos. Eso enfría el motor del crecimiento, disminuyendo la demanda y conteniendo los precios.
Por el contrario, si las tasas suben muy poco y muy lentamente, o los aumentos llegan muy tarde (una polémica que tuvo a la Reserva Federal de EE.UU. contra la espada y la pared), la espiral inflacionaria se descontrola.
Con los precios en alza, los trabajadores exigen aumentos salariales, lo que a su vez hace subir esos mismos precios, lo que lleva a un ciclo que se perpetúa a sí mismo.
Obstáculos en el camino
Como equilibristas en la cuerda floja, los bancos centrales siguen buscando un equilibrio que les permita reducir la inflación sin provocar una recesión, aunque enfrentan obstáculos.
Entre ellos, una potencial escalada de la guerra en Ucrania, el estancamiento de la recuperación de China, los altos niveles de endeudamiento público y la fragmentación geopolítica.
El aterrizaje suave en América Latina
En un clima de incertidumbre, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) proyectó a mediados de diciembre que el crecimiento económico de América Latina y el Caribe llegaría solo a un 1,3% este año.
Los economistas del organismo no han previsto una recesión, es decir, un aterrizaje forzoso del crecimiento. Ellos hablan de una “desaceleración” dados los aumentos de las tasas de interés, mayores limitaciones del gasto fiscal, menores niveles de consumo e inversión y un deterioro del contexto externo.
Uno de los desafíos que enfrenta la región, argumentan, son los altos niveles de endeudamiento, algo que afecta directamente al gasto público, otro motor importante de crecimiento económico, financiamiento de los programas sociales y generación de empleo.
Varias estimaciones apuntan a que Chile podría ser el único país de la región que enfrente una recesión este año.