Un nuevo orden económico mundial se avecina
Un nuevo reseteo en la economía mundial se vocifera desde la pandemia y la crisis que la COVID-19 ocasionó, este reinicio estaría controlado por quienes poseen el capital, no por gobiernos.

En los últimos meses se ha hablado del reseteo económico mundial y son varios los que se asustan con solo escuchar el término por considerar que se trata de algún tipo de teoría conspirativa o escabrosa, pero más allá del temor, el mundo no es el mismo desde hace un par de años.
Se conoce coloquialmente resetear como reiniciar una computadora, pero el término se ha expandido tanto que hasta se usa para referirse a dar nuevo inicio, pues bien, es eso lo que pretende generarse en términos económicos en el mundo.
Con la pandemia de la COVID-19, el mundo experimentó situaciones que no había vivido antes, los confinamientos pusieron a prueba la estructura económica orbital y esta se vio bastante afectada con lo cual se consideró que este momento coyuntural debe determinar nuevas formas en la economía social que permitan afrontar en el futuro situaciones como las padecidas con menor afectación.
The great Reset, como se conoce al fenómeno en sus principales pensadores en los Estados Unidos, supone la eliminación del actual sistema monetario basado en dinero físico o efectivo, siendo remplazado por la moneda digital, la cual viene en carrera desde hace una década.
Organismos de talla como el Foro Económica Mundial ya se han anticipado con la nominación de un reseteo económico mundial y nuevo orden mundial que tendría sus pilares en el mercado bursátil y que algunos vaticinaban en ver la luz en 2020 o 2020, sin embargo, con las circunstancias pospandemia podría ser a comienzos de la siguiente década.
Los inicios del gran reseteo económico mundial tienen sus inicios en la reunión del Foro Económico Mundial realizada en Davos, Suiza, que a pesar de tener al mundo en jaque con la COVID-19, no impidió el viaje de figuras políticas y económicas del mundo a la nación que ha sabido mantenerse neutral en todos los aspectos.
En esta reunión fueron las élites económicas y políticas quienes se pronunciaron en favor de un reinicio de la economía mundial, no de un inicio de ceros, pues los poderosos jamás querrán perder sus lugares de privilegio, pero este ´nueva revolución´ no será llevada a cabo por un gobierno o una entidad que enarbole banderas y muestre sus heraldos, esta revolución será llevada a cabo por los tecnócratas adinerados, así como la banca.
Esta revolución de la que se habla se pretende gestar de forma rápida con el fin de que no haya lugar a reacción, mientras los planes traten de convencer a la población con una sociedad más justa, sin barreras sociales y con la erradicación de males tradicionales, sin embargo, los propósitos loables en la sociedad basados en los anhelos de los dueños del dinero nunca han sido auspiciosos.
Los detractores de esta idea creen que este nuevo orden económico es una especie de control mucho más efectivo que mantendrá a países con alto déficit fiscal y a los ciudadanos vigilados estrictamente sobre sus actividades con la moneda digital; el blanqueo se dificultará, pero los asesores aparecerán por todos los flancos diciendo en dónde es mejor invertir.