El hidrógeno rojo, descubierto por accidente: así podría sustituir al gas y al petróleo hoy mismo
El hidrógeno rojo ha sido descubierto por accidente, rompiendo todos los esquemas de lo que conocíamos. Podría sustituir al gas y al petróleo a partir de este momento. El elemento de número atómico 1 está más que instalado en la sociedad, al punto de que está más que instalado en los automóviles. Aunque todavía no es una opción tan viable como otras, se encuentra entre las alternativas más estudiadas.
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Cuando hablamos de hidrógeno solemos asociar el concepto con el hidrógeno verde, cuya producción viene de las energías renovables. Sin embargo, este no es el único tipo de H que existe. Hay una amplia variedad de colores que dependen de la forma en la que se produce el elemento, las fuentes de energía utilizadas y su neutralidad climática.
Cabe destacar que el hidrógeno es el elemento químico más abundante que hay en la naturaleza y un recurso esencial en la transición energética. En condiciones normales está en estado gaseoso, es insípido, incoloro e inodoro y no lo encontramos de manera libre en el medio ambiente, sino que está asociado a otros elementos como el agua creando compuestos orgánicos.
Adiós al petróleo con la llegada del hidrógeno rojo
El hidrógeno rojo se obtiene a partir de gases contaminantes. Los científicos de Japón se encuentran trabajando en una nueva tecnología llamada hidrógeno rojo. El procedimiento que llevan adelante produce electricidad a partir de gases contaminantes y también hidrógeno limpio. Antes de que podamos ver su uso como algo viable, debe hacer frente a un gran número de desafíos.
El aumento del número de coches eléctricos en las carreteras está rindiendo dividendos reales para bajar las emisiones de carbono originadas por la quema de combustibles fósiles.
Sin embargo, producir esa electricidad (y aportar la cantidad suficiente a las redes eléctricas para abastecer a los vehículos que existen) comenzará a transformarse en un problema conforme haya más vehículos eléctricos transitando las carreteras.
Además, para tener un vehículo realmente ecológico, la electricidad que le aporta energía debe tener su origen en una fuente limpia y neutra en carbono. Hoy, gran parte de la electricidad del mundo se forma a través de la conversión de carbón o gas natural, dos métodos muy alejados de la electricidad limpia.
Japón apuesta por el hidrógeno rojo: el petróleo queda a un lado
En este contexto, Japón está buscando posibles soluciones ante un futuro dilema energético. Usa hidrógeno rojo. La nación del Océano Pacífico cuenta con una verdadera cadena de suministro de H y los fabricantes de coches del país han creado y vendido varios automóviles eléctricos de pila de combustible de H.
Fukushima Hydrogen Energy Research también cuenta con la planta de hidrógeno verde más grande del mundo, pero el hidrógeno limpio generado en ella es muy caro. Los japoneses están concentrando su atención en este combustible buscando cumplir su objeto de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
Es más, el H dispone de una densidad de energía específica más alta de todos los combustibles. Alberga 33,3 kWh/kg, tres veces más energía que la que se podría encontrar en la misma masa de los combustibles fósiles.
El hidrógeno puede quedarse para producir calor o utilizarse en pilas de combustible para generar electricidad y, en ambos casos, lo único que se desprende es vapor de agua, haciendo que el proceso se presente libre de carbono.
No obstante, como es un gas, el H debe ser comprimido a presiones muy altas para que resulte práctico, una característica que hace difícil su almacenamiento y transporte. A pesar de que todavía presenta algunos desafíos, muchos consideran que los vehículos con pila de combustible de hidrógeno son los mejor de ambos mundos.
Por un lado, brindan una conducción sin emisiones y, por otro, el beneficio de repostar rápido. El aumento vertiginoso del precio del petróleo y la gasolina ha llevado a Japón a evaluar la posibilidad del hidrógeno rojo.
El petróleo fuera de juego: avanza el hidrógeno rojo
Aunque hay muchos que ven en este tipo de hidrógeno una salida, otros todavía tienen sus reparos. Solo el tiempo dirá si en él podemos encontrar el sustituto del petróleo o, al menos, una nueva forma de combustible igual de viable que las instauradas hasta ahora. Las consecuencias del petróleo ya son palpables y encontrar combustibles alternativos es una necesidad.